Cuando vamos a solicitar una hipoteca, rondan por nuestras cabezas una serie de preguntas… ¿Qué tipo de hipoteca me interesa más? ¿Me conviene pagar más para conocer lo que voy a pagar siempre? ¿Me arriesgo a una hipoteca variable?
Hoy en día, si vas a la mayoría de las entidades, el primer producto que te va a ofertar es la Hipoteca Fija. Pero si echamos la vista atrás, hace un par de años, la Hipoteca Variable era el producto estrella. ¿Y qué es mejor? Pues bien, todo dependerá, como siempre, de muchos factores.
Las hipotecas variables pueden estar bien para cantidades de préstamo elevadas, pues ahora, al estar en números negativos el índice de referencia (Euribor), el interés que se aplica es el mínimo pactado. Por tanto se recomendaría las hipotecas fijas para cantidades elevadas de préstamo.
En cambio las hipotecas variables, para cantidades pequeñas y corto plazo, es una apuesta segura. Pero ojo… negociando un diferencial bajo con vinculaciones asumibles.
Las que menos éxito pueden tener son las hipotecas mixtas, ya que la estabilidad del tipo fijo te la conceden al inicio y es al final de la hipoteca comienza el periodo variable. Por tanto en el último tramo del préstamo, que es cuando menos podemos prever el valor del Euribor, no sabremos cuánto vamos a pagar.
En cualquier caso, las dudas y la intranquilidad son difíciles que desaparezcan, pues estamos hablando de una hipoteca para muchos años, por ello siempre se recomienda un bien asesoramiento por especialistas para mayor tranquilidad.
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